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04/06/2018

Las residencias universitarias también son para el verano

Madrid es una ciudad que rebosa actividad a lo largo de todo el año y que tampoco se detiene en verano. Los meses de junio, julio y agosto se han convertido para muchos estudiantes y profesionales en la época ideal para participar en cursos de verano o realizar prácticas en empresas. Y para no complicarte la existencia buscando alojamiento temporal y centrarte en lo que te tienes que centrar, nada mejor que solicitar una plaza en una residencia universitaria para verano.

 

De hecho, durante el verano hay infinidad oportunidades de realizar prácticas en todo tipo de empresas. Sin ir más lejos, estos meses son los ideales a la hora de que los estudiantes de Periodismo y Comunicación puedan realizarlas en agencias de información general, medios escritos, emisoras de radio o cadenas de televisión.

 

También la oferta de cursos es amplísima, desde los intensivos de inglés que ofrecen, entre otras instituciones, el British Council, hasta los reconocidos Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid que se celebran en San Lorenzo de El Escorial y, por supuesto, su Escuela de Verano.

 

Otras universidades madrileñas como la Autónoma, Carlos III o ICADE-ICAI también ofrecen cursos de verano centrados en diferentes temas y materias. Otros centros especializados como el Istituto Europeo di Design, IED, ofrece cursos orientados a diferentes campos del mundo del diseño. También el Instituto Cervantes se apunta a la oferta veraniega y, en colaboración con la Fundación EOI, celebra cursos centrados en la cultura, el turismo y el ocio.

 

Planes de verano en Madrid

 

Pero como no todo va a ser estudiar y trabajar, también hay que pensar en las innumerables ofertas de ocio que ofrece una ciudad como Madrid, tanto para los madrileños que no se van de vacaciones como para los que la visitan. Fiestas, festivales, carreras de caballos, gastronomía, terrazas o jardines, la oferta es amplia y para todos los gustos.

 

Como todos los años, los Veranos de la Villa ofrecen una programación cultural, artística y de ocio muy completa, en el centro y en la periferia de la capital. Entre el 30 de junio y el 3 de septiembre se suceden conciertos, zarzuela, cine, teatro, espectáculos alternativos...

 

Otro de los atractivos del verano en Madrid es el Hipódromo de La Zarzuela. Aquí se puede pasar una mañana de domingo o una noche de jueves disfrutando de las carreras de caballos, haciendo apuestas, cenando en sus jardines o tomando tranquilamente una copa.

 

Además, en la primera quincena de agosto se celebran tres famosas verbenas, consecutivamente y en barrios contiguos. Empiezan las de San Cayetano en la zona del Rastro-Embajadores del 2 al 8, siguen las de San Lorenzo en Lavapiés del 9 al 12 y cierran el ciclo las de La Paloma en La Latina del 11 al 15.

 

Con la llegada del buen tiempo, las terrazas son otro de los elementos característicos de Madrid. Además de las que se encuentran en la calle, mención aparte merecen las que están situadas en las azoteas de edificios emblemáticos muy céntricos y hoteles como la del Círculo de Bellas Artes, Radio Me, Ático Casa Suecia, The Hat Rooftop, Forus Barceló, El Mirador del Thyssen, The Principal o la Terraza del Urban.

 

Y, además, están las de los jardines de algunos hoteles como el AC Santo Mauro, el Orfila o La Quinta de los Cedros. En todos ellos, además de la belleza del entorno, de la sensación de paz y tranquilidad que transmiten y de ser refrescantes oasis urbanos, su oferta gastronómica es más que notable.

 

En cuanto a la gastronomía, no importa que haga calor. Las tapas se siguen sirviendo en bares y tabernas como tapas, dada la gran afición madrileña a picar algo entre horas.

 

Los platos más comunes en Madrid a la hora de tapear son el pincho de tortilla, la oreja a la plancha y los callos. Las gambas y las setas al ajillo son uno de los aperitivos más populares al mediodía. Las gallinejas, los caracoles en salsa, las patatas bravas y, por supuesto, los bocadillos de calamares, culminan la lista de las tapas más cotidianas y típicas de Madrid.

 

Por último y para los más valientes, un buen cocido madrileño se disfruta en cualquier época del año y especialmente si se va a alguno de los restaurantes con historia de la capital como Malacatín, Lhardy, La Bola o la Taberna de la Daniela.

 

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